Cada 18 de Agosto, celebramos en Chile, el “Día de la solidaridad”, como una forma de recordar el legado del Padre Alberto Hurtado, sacerdote Jesuita, activista social, defensor de los derechos de los trabajadores y de los más desposeídos.  Creador del “Hogar de Cristo”, institución que acoge a niños, jóvenes, hombres, mujeres y adultos mayores en situación de pobreza, encargándose de brindarles oportunidades que les permitan mejorar su calidad de vida, romper el círculo de la pobreza, o simplemente tener una vida digna.

Luis Alberto Miguel Hurtado Cruchaga, nació el 22 de Enero de 1901 en Viña del mar.  Luego de una vida dedicada a Dios y a los más necesitados, fallece en Santiago el 18 de Agosto de 1950.

El Padre Hurtado, fue beatificado por el papa Juan Pablo II, el día 16 de octubre de 1994, y fue canonizado (declarado santo de la iglesia católica), el día 23 de Octubre de 2005 por Benedicto XVI, transformándose así, en el Santo de los pobres, de quienes son tratados con injusticia, de los niños y jóvenes de Chile.

Hablar de San Alberto Hurtado, es hablar de solidaridad, pero ¿Qué significa realmente esa palabra?…  Para mi, solidaridad es ayudar a los más necesitados, compartir con la familia, tratar de sonreír más y enojarme menos; no insultar a nadie, visitar a mis abuelos; ser buena con niños y también con adultos mayores, pero sobre todo, solidaridad para mí, es seguir los pasos de Jesús y del Padre Hurtado.

Que este día sea hoy y siempre, una invitación para aprender a ver la vida con los anteojos de otro; empatizar y ayudar a quien nos necesita, en el colegio, en el trabajo, en la calle, ayudar siempre; y al igual que San Alberto Hurtado, mantener en nuestra mente la gran pregunta: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”

(Por Paz Valenzuela Romero – Taller de Periodismo)