El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.
En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

Una hermosa celebración pascual se llevó a cabo en el establecimiento, en el marco de la semana santa, donde toda la comunidad es compañía en una jornada que se vive con corazón ferviente. En imágenes, se aprecia al colegio, en el patio principal, en círculos, donde cada curso compartió pan y vid, con mucha fraternidad, en recuerdo de las palabras de Jesús.

Un hermoso y participativo vía crucis se llevó a cabo por las calles de Curicó, en el cual se recorrieron las estaciones por las cuales atravesó Jesús en su doloroso camino a la cruz. Todo el colegio se unió fraternalmente en esta ruta que tuvo como trayecto el centro de la ciudad, en el cual cientos de personas acompañaron con oración, como ya ha sido habitual, uniéndose en este caminar que se ha instaurado como una tradición curicana, guiada por el Instituto.

El día Martes, se vivió con los apoderados el doloroso camino a la cruz que experimentó Jesús, para luego resucitar.

Con una hermosa celebración se llevó a cabo la entrada de ramos en el colegio. Todos los cursos alzaron sus ramos de olivo en señal de alabanza para dar inicio a la semana mayor. La alegría y participación adornaron la actividad, que dio la partida a una jornada de fe.

En la Semana Santa se celebran los misterios de salvación realizados por Cristo en los últimos días desde su entrada en la ciudad de Jerusalén.

La semana santa comienza con el domingo de Ramos de la Pasión Señor, que une el triunfo de Cristo -aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy en el rito de la procesión de las palmas por los cristianos- y el anuncio de la pasión con la proclamación de la narración evangélica en la Misa.

Los ramos no son algo así como un talismán, ni un simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.

Los días que van hasta el Jueves Santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor.