Los católicos hemos tenido la hermosa costumbre de llevar los niños al templo para presentarlos ante Nuestro Señor y la Santísima Virgen. Esta es una costumbre que tiene sus raíces en la Santa Biblia. Cuando hacemos la presentación de nuestros niños en el templo, estamos recordando lo que José y María hicieron con el Niño Jesús.
EN el Instituto, cada año las más pequeñas son presentadas en el templo, como una forma de ofrecer nuestros caminos a la guía divina, para ser personas de bien y comprometidos con la enseñanza de nuestro Padre.
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