El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido por el colegio cardenalicio como sucesor de Benedicto XVI. El nuevo papa, que se llamará Francisco I, es un jesuita, nacido en Buenos Aires.
Su designación para ocupar el sillón de San Pedro es la primera de un americano para dirigir la Iglesia Católica que nunca estuvo a cargo de un representante de la Compañía de Jesús.
Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, este hombre tímido y de pocas palabras, goza de un gran prestigio entre sus seguidores que aprecian su total disponibilidad y su forma de vida, alejada de toda ostentación.
El nuevo Papa nació el 17 de diciembre de 1936 en el seno de una familia modesta de la capital argentina, hijo de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa. Asistió a la escuela pública, de donde egresó como técnico químico y a los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía. Tras incursionar en la enseñanza privada, comenzó sus estudios de Teología y se ordenó como sacerdote en 1969. A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
En mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires y comenzó a escalar rápidamente en la jerarquía católica de la capital: fue vicario episcopal en julio de ese año, vicario general en 1993 y arzobispo coadjutor con derecho de sucesión en 1998.
Oramos para que el nuevo pastor conduzca siempre bien inspirado por nuestro Padre Dios, esta enorme Barca en todo el mundo.
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