Como ya es habitual, cada año, en esta semana, el colegio regala a la comunidad una representación de la pasión de Cristo. La ciudad se paraliza y se suma a esta cruzada de dolor, dándole el sentido dulce que significa. Cientos de alumnas y personas en las calles fueron testimonio de este peregrinar que llena de entusiasmo por recrear y acompañar los momentos más duros de Jesús.
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